domingo, 22 de junio de 2025

La mejor madre del mundo de NURIA LABARI

A UNA le ha pillado la lectura de La mejor madre del mundo de Nuria Labari cuando UNA ya tiene tiempo de leer en la playa. Hubiera querido hallar esta joya mucho antes, y así habría acompañado la ambigüedad de mi primera maternidad, esa edad primitiva en la que la madre se ahoga en ese espacio intermedio que existe entre el enamoramiento visceral por las recién estrenadas criaturas y el sentimiento de que te están arrancando la-vida-anterior-a-tu-yo-madre a tiras.

Ese espacio intermedio de soledad sólo se atraviesa con la verdad. La verdad, sin embargo, no es siempre políticamente correcta. Sobre todo, no es económicamente correcta. Ni por supuesto religiosamente correcta. Labari atraviesa con la verdad temas universales del campo semántico de la maternidad como son la esterilidad, el aborto, el parto, la adopción, el deseo, el matrimonio, la infidelidad, la muerte, el alma, la soledad. La culpa: - Hagas lo que hagas, vas a terminar preguntándote qué fue lo que hiciste mal. El miedo, la preocupación. El caos, la incertidumbre. La ira, la tristeza y el amor.

Describe como nadie la nueva mirada que la maternidad proyecta sobre la madre propia. Denuncia con sarcasmo sutil el "timo" de la-buena-madre que nos han vendido a las primeras generaciones de madres-trabajadoras, de madres-post-sacrificio, ese timo que han conseguido esquivar los hombres: ¿Existe el padre-trabajador

Mientras que la expectativa sobre la mujer es la de hacer atillo de lo femenino y lo masculino, el hombre sigue sin abarcar ese corazón femenino al que Labari dedica su libro. Describe así la furia interior que desata ese reparto injusto de la crianza mental con anécdotas de la vida diaria de un hogar recién compuesto, furia como la de esa madre que renuncia a su siesta por su criatura mientras el padre la duerme con ronquidos de zafio. La furia dentro. Relata también, TAN BIEN, como ese mito de la madre-perfecta ejerce presiones sobre la madre primeriza. Amamantar, por ejemplo, es el primer mandamiento del amor maternal que tiene algo de moda pero no admite agujeros: Estoy dispuesta a matarla de hambre antes que quererla menos, escribe Labari en este resumen impecable.

Está el peso y está la música es la manera en la que se refiere a la ambigüedad de esta etapa: Todo verdad y todo al mismo tiempo. Ante la ambigüedad de una maternidad que la autora describe como un cuchillo sin empuñadura (imposible agarrarlo sin clavártelo), una gran mayoría de madres nuevas hace como que son felices sin más. Pero se es feliz con más. Y ese más es la voz que alza Nuria Labari en La mejor madre del mundo. De hecho, si lo pienso bien, creo que más que leerlo, me hubiera gustado escribirlo, escribir este libro cuando mis hijos eran pequeños. Algo me dice que ella lo hizo, no sin sentir cierta dosis de culpa, por robarle tiempo a su tribu a modo de terapia, usando su creatividad como salvavidas. La creatividad salva vidas. Convierte la vida en literatura. La madre artista, apunta, se divide entre criar y crear

Es así como leo el libro de Labari. Hay todo un elenco de emociones nuevas en la maternidad que en ocasiones superan a la madre, y ahí es donde entra la creatividad a salvar vidas en las mujeres con alta sensibilidad femenina, en las brujas que ella define como las que descubren lo sagrado y lo mágico en todas las cosas. Las madres son brujas buenas que pueden escupir fuego. A cada una le puede dar por una cosa, ya sea cocinar bizcochos a mansalva, vestir muñecas, o escribir. La suerte que tenemos es que a Labari le dio por escribir y lo hace con una agudeza tan afilada que su lectura puede que sirva a más de una madre como desahogo en ese alivio que proporciona la identificación.

Adelanta, desde la primera infancia de sus hijas, pero con percepción acerada, lo que será dejarlas ser, dejarlas ir. Esta visión suya de futuro, que no es sino la mía propia de presente, está descrita con tal desgarro que UNA sólo puede esperar que, cuando le llegue el momento de dar alas a sus hijas, Labari nos deleite a ese continuo que es la maternidad en el que nos vamos subiendo pero nunca bajando, con otra lectura conmovedoramente brutal como la de La mejor madre del mundo. Creo que si la releyera, sería otro libro completamente diferente en ese conglomerado de emociones que se mezclan en el posparto, entendiendo por posparto el resto de tu vida desde el momento que descubres que estás embarazada por primera vez.






lunes, 16 de mayo de 2022

El peligro de estar cuerda


Hacemos el amor para olvidarnos de la muerte, decía Aute. Es en esta misma línea que Rosa Montero, en El peligro de estar cuerda de Seix Barral, destila un impresionante discurso sobre cómo la creatividad te salva de la locura que implica la lucidez de la conciencia del paso del tiempo y la perennidad de la vida.


Si bien pudiera parecer un tema sombrío, aparece no obstante teñido de ese toque irónico de soslayo tan típicamente Montero y de su habitual optimismo basado en la conexión con el inconsciente colectivo que es la vida misma, conexión facilitada precisamente por la creatividad.


El libro revela, como es costumbre en la autora, el poder de enmarañar las palabras de manera que resulte, sin embargo, un todo coherente, al tiempo que las lecturas que subyacen y preceden a dicha maraña despliegan un trabajo detectivesco de investigación y lectura en torno a la creación y la locura. Montero va informando de todos los hallazgos en un subliminal baile de citas perfectamente elegidas. ¿Cómo cabe tanta lectura en sólo una vida? es la pregunta que abruma ante las referencias que va desarbolando la escritora, chispeando el deseo de leerlas todas y de releer el propio libro entre manos. De hecho, el libro invita a leer lápiz en mano subrayando pasajes sobre los que UNA sabe que volverá. ¡Qué gustazo leer y releer esta obra que retrata sin tapujos a los que vivimos en la-familia-de-los-nerviosos y el torbellino de fantasías que atraviesa nuestra mente! Sólo una narradora nata como Montero tiene la brillante idea de llevarnos de la mano en este paseo por el manicomio creador, un desfile por el museo de los horrores y los placeres de la escritura creativa.


A su vez, realidad y ficción se entremezclan en un sutil juego enrevesado a propósito de la mente a la par creadora y creativa. Montero amordaza las anécdotas en palabras con esa maestría que hace las delicias de su discurso escrito. 


Esta crónica, que viene siendo anunciada en algunos de sus títulos anteriores (La loca de la casa, La ridícula idea de no volver a verte) es, en mi opinión, la obra culmen de Rosa Montero, la que dota de sentido el resto de su prosa y, si me apuran, la que viene a justificar la existencia de su arte como terapia inevitable. Creación y locura en El peligro de estar cuerda.


En mi blog Una Vida Mundana figura esta anotación al  margen:


Escribo porque escribir hace que la vida importe
Escribo porque no puedo no escribir
Cuando vives una vida mundana, escribirla la pone en valor


Leer El peligro de estar cuerda ha sido como oír la voz peculiar de Montero puntualizando:


- Pues mira: Así es. Ahora te voy a explicar en 358 páginas brutales por qué esto efectivamente es así. 


Me queda la duda de si los que no gozan de esta hipersensibilidad creadora habrán de disfrutar de este libro como lo ha hecho UNA. Pero la misma duda se resuelve con la sospecha certera de que los cuerdos suelen ser precisamente los que no leen, así que no hay peligro.